Un altar es un espacio sagrado representativo de tu subconsciente. Aquí te comparto sus usos, cómo crearlo y cómo cuidarlo.
Un altar es una representación física de tu subconsciente. Es ahí donde te concentras para hacer una petición o intención, para meditar u orar y para agradecer. O sea, es un lugar de transformación. Por lo tanto, se considera un espacio sagrado.
Un altar protege tu casa y todos los que viven en ella, ya que ahí se concentra tu energía y la de tus Guías Espirituales.
Usos del altar
Protección. Para ti, tu casa y todo el que viva en ella. También protege a las visitas y mascotas.
Para orar y meditar. Es tu lugar especial para conectar con lo divino.
Para hacer tus intenciones y rituales mágicos, desde vision boards hasta pedir deseos. En este lugar es donde ocurre la magia y los milagros. Todo es posible.
Para atraer paz y armonía al hogar, desde salud y abundancia hasta amor y alegría.
Para conectar con la energía divina que habita en ti, con tu voz interior, con tu intuición.
¿Dónde colocar el altar?
Busca un lugar seguro donde no haya mucho tráfico para evitar tropiezos y accidentes y donde no haya posibilidad de fuego por las velas.
Sigue tu intuición. Te dirá dónde te gustaría tenerlo, dónde se siente más apropiado. Deja que el espíritu de la casa y tus Guías te hablen. Puede ser en un salón, habitación, balcón o jardín, en un lugar discreto o a la vista de todos.
Puedes tener un altar principal y otros menores o efímeros. Lo ideal es que tengas un altar permanente. Aunque tengas uno solo, a la larga toda la casa se convierte en un altar, en un lugar sagrado.
¿Qué debe tener un altar?
Un altar debe tener los cuatro elementos presentes: fuego, tierra, aire y agua. Es así como se crea magia o transformación en la vida.
Tierra. Sal, cuarzos, piedras, una planta en un tiesto con tierra, imágenes de una montaña.
Agua. Una copa con agua, caracoles, sea glass, imágenes de barcos, ríos, lagos o el mar, un florero con flores y agua.
Aire. Inciensos, difusores de aromas, perfumes, plumas, flores aromáticas, imágenes de aves o nubes
Fuego. Velas, piedra volcánica (lava, obsidiana, etc.)
Nota: Las plantas representan los cuatro elementos. Se alimentan de agua, de luz solar (fuego), producen oxígeno (aire) y están plantadas en la tierra.
El altar más mínimo se logra con una planta o flores y una vela encendida.
Otras cosas que puedes agregar al altar
Fotos u objetos de tus seres queridos fallecidos
Imágenes de alguna divinidad de tu predilección (fotos o estatuas de ángeles, de un Buda, Ganesh, la Virgen María, etc.)
Objetos que para ti representen algo sagrado. Puede ser un objeto muy personal que te traiga buenos recuerdos o te inspiren.
Herramientas mágicas que vayas a consagrar, cargar o programar con una intención (cuarzos, barajas del Tarot, varitas mágicas, malas o rosarios, amuletos, joyería, etc).
Velas para peticiones, intenciones o rituales mágicos tuyos o de tus seres queridos. Está la vela principal del altar, que siempre debe estar encendida, y las velas secundarias que son una por intención o petición. La vela mayor puede usarse también para rituales mágicos si quieres ahorrar velas, espacio o dinero.
Un paño o mantel en la base del altar. Usualmente se usa de color blanco pero puedes usar el que más te guste.
Ofrendas a tus Guías para agradecerles su presencia, por escucharte o por cumplirte un deseo. Puede ser un objeto especial, flores, alimentos, un incienso, una canción, etc. Te servirá como evidencia también de todo lo que has logrado.
El altar te representa a ti. Es el corazón de la casa y el tuyo, un centro de energía, la voz de tu intuición. Por lo tanto, debes tener una conexión personal con él. Hay muchos tipos de altares y si eres afín a alguno o a alguna creencia, úsalo si te atrae. Tu altar debe gustarte y darte un sentido de alegría.
¿Cómo se cuida un altar?
Luego de montar tu altar, bendícelo, especialmente si es la primera vez. Todo objeto debe estar limpio y ordenado.
Para activarlo, suena campanas, un cuenco tibetano o música agradable. Enciende un incienso o sahumerio con un aroma que te guste —sándalo, rosa, vainilla, etc. Haz una oración o meditación invocando a tus Guías Espirituales y dándoles las gracias por estar presente en tu vida y en tu hogar. Declara que ese espacio es su lugar sagrado y especial. Es ahí donde conectas con lo divino, con los milagros y con tus logros.
Mantén siempre el altar limpio. No debe tener velas apagadas, objetos sucios o rotos, plantas marchitas ni agua sucia. Retira las velas e inciensos quemados. El sucio y el desorden es energía estancada, energía negativa que estanca proyectos y baja los ánimos.
Medita u ora todos los días en el altar, aunque sea 5 o 10 minutos. Poco a poco le vas impregnando de tu energía hasta que este se convierta en un ente vivo. Conectarás con él y te dirá que necesita que le pongas, le quites o le hagas para renovar su energía. Recuerda que este es tu lugar mágico donde todo es posible.
Limpia el altar al menos una vez en semana. Yo acostumbro a hacerlo cuando se consumen por completo 2 velones (cada 7 a 9 días). Saca todo, limpia la superficie (puedes usar Agua Florida), todos los cuarzos, figuras y objetos del altar, cambia el agua de la copa y las flores o plantas. Luego colócalo todo de nuevo. Cambia algo de lugar para mantener la energía activa y renovada —usa otro color de velas u otra posición de objetos en el altar. Notarás el cambio de energía en el altar, en el lugar en que se encuentra, en toda la casa y en ti.
Recuerda que TODOS SOMOS UNO. Tú eres la energía divina que buscas. Solo tienes que recordarlo. Lo que la gente llama Dios es el océano. Nosotros y toda la creación somos las gotitas que lo componen. Por lo tanto, no hay separación entre lo divino y tú, no hay separación entre tus sueños y la realidad, entre lo que deseas y que se cumpla. El altar te ayudará a entenderlo con la práctica.
Si un ser querido o amiga te pide que hagas una petición o intención por ella en tu altar, hazlo si así lo deseas. Los deseos e intenciones juntas, así como las meditaciones y oraciones en grupo, tienen más potencia e intensidad. ¿Qué tal si todas juntas unimos nuestros altares con nuestras intenciones por un mundo en paz, feliz y lleno de amor? ¿Te imaginas todo lo que podríamos lograr?
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